River igualó sin goles ante Godoy Cruz en el Malvinas Argentinas de Mendoza y volvió a defraudar. El equipo de Marcelo Gallardo no encontró los caminos ni el funcionamiento deseado. Volvió a ser un equipo previsible, por momentos demasiado lento, y generó muy poco en la faceta ofensiva. Y se llevó el mismo resultado que en sus dos primeras presentaciones fuera del Monumental: una igualdad con sabor a muy poco.
Lo mejor del Millonario se vio en el primer cuarto de hora, con algunas combinaciones y transiciones rápidas entre Santiago y Sebastián Driussi con Facundo Colidio y Miguel Borja, la dupla de ataque. Fueron los primeros espasmos de un partido que fue creciendo en intensidad y pierna fuerte. Fue apenas un espejismo, porque Godoy Cruz emparejó las acciones desde la entrega y el combate.
La mitad de la cancha se convirtió en un campo minado. Y ahí, el elenco del Muñeco comenzó a sentirse incómodo. Por un lado, porque Matías Kranevitter como volante central no tuvo presencia para imponerse y adueñarse del mediocampo. Santiago Simón y Giuliano Galoppo, los internos que debían comprometerse también con la recuperación del balón, colaboraron muy poco en esa faceta. Y el equipo de Gallardo perdió el control.
Para colmo de males, River perdió rápidamente a Sebastián Driussi, que terminó jugando los últimos 15 minutos del primer tiempo con un dolor en la rodilla que le impidió salir a jugar el complemento. Y uno de los que entró, Manuel Lanzini, debió salir a los pocos minutos por un golpe en el hombro que terminó siendo una seria lesión en la clavícula.
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— La Máquina River (@MaquinaRiver) February 13, 2025
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A River no le salió nada. O casi nada. El ingreso del Pity Martínez pareció despertar a un equipo dormido, que al ritmo del “Movete River, movete” de los hinchas millonarios, movió algunos hilos y le dio otra soltura al ataque del equipo del Muñeco. Dos remates suyos desde afuera del área fueron lo más peligro del partido para el Más Grande. Muy poco para ilusionarse.
La otra mitad del vaso lleno, si se trata de buscar aspectos positivos, es que la dupla de centrales y Franco Armani brindaron solidez y seguridad. A River le llegaron muy poco, casi siempre con remates desde afuera del área o algún balón detenido. Funcionaron bien Germán Pezzella y Paulo Díaz en la zaga. Respondió bien el Pulpo de Casilda cada vez que lo probaron. No es un dato menor: hace cuatro partidos que al Millo no le convierten un gol. Y el único que recibió en 5 fechas fue un autogol de Armani. Para valorar.
Así las cosas, River todavía está en deuda. Con su gente, con su juego, con su propia identidad. Cuesta identificar en este equipo el ADN que siempre tuvieron los equipos de Marcelo Gallardo. La temporada recién arranca y hay material y margen de mejora. Movete y dejá de joder.
Uno x Uno: los puntajes de River vs Godoy Cruz
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